MINDFULNESS LXXXVII: VIVIR CON PLENITUD EL MOMENTO

VIVIR CON PLENITUD EL MOMENTO

Por Beatriz Santos Dieguez


Vivir con plenitud de conciencia el instante sin planificar, sin juzgar, sin deseo ni rechazo es posible.

Vivir con Plenitud el momento

Se aprende practicando.
En la práctica la postura del cuerpo es fundamental porque induce a una respuesta interior. La intención y la voluntad son fundamentales porque van a contribuir a percibir como se encuentra nuestro cuerpo. Si existen tensiones, llevamos nuestra atención a ellas y si podemos relajar,  relajamos.

Vivir con plenitud el momentoEl equilibrio corporal favorece la armonía y el sosiego. Las tensiones del cuerpo provocan distracciones, por tanto debemos evitar tanto el adormecimiento y el aburrimiento como la tensión
De ahí la importancia de encontrar una postura equilibrada entre relajación y atención.
Encontrar la postura equilibrada lleva tiempo, de ahí la importancia de la práctica, y el prestar plena conciencia a nuestras tensiones para poder dejar que estas se disuelvan.
La Respiración es una buena manera de llevar nuestra atención al sentir de nuestro cuerpo.
La Respiración es un ancla que nos permite mantener el cuerpo en equilibrio a pesar de los vaivenes que nos produce el oleaje de nuestro día a día.

La Respiración es importante, es un áncora que va con nosotros allá a donde nos dirijamos, primer y último signo de vida.
Cuando Inhalamos recibimos todo. Cuando exhalamos sacamos todo, dejamos que nuestras tensiones salgan, de ahí que en muchas prácticas la exhalación dura el doble que la Inhalación.

Vivir con plenitud el momento
Inhalas y Exhalas
No existen respiraciones buenas ni malas, no se trata de analizar cómo es nuestra respiración, no es necesario dirigirla, cambiarla, manipularla. Simplemente observa, y observa.

Observa a tu respiración

No como es tu respiración. Ella sola encontrará su modo.
No se puede ver bien si no estamos a una cierta distancia la cual nos proporciona el observador neutral.

Vivir con plenitud elmomentoPara poder penetrar en nuestro interior conviene hacerlo desde el observador neutral, del que hemos hablado en otras ocasiones, desde él vamos a poder contemplar bien nuestra agitación interior, desde él alcanzaremos nuestro sosiego interior. A medida que todo sale, nos vamos liberando.
Para que el agua se aclare es necesario dejarla reposar. El tiempo es importante.
Aunque al comenzar,  5-10 minutos dos veces al día son suficientes, conviene, que a medida que vamos adentrándonos en la práctica estos tiempos vayan aumentando (cada uno ha de encontrar el suyo).
Existen tres momentos especiales para el meditador que desea adentrar en la práctica:
1.-Cuando nos despertamos, en la mañana: Comenzamos un nuevo día en que todas las posibilidades están ahí esperando nuestra elección de respuestas, y preparándonos para descartar las reacciones  inadecuadas.
2.-Al atardecer: hacemos un receso en nuestra actividad, vamos decelerando y bajando el ritmo activo al que el oleaje del día nos ha llevado.
2.-Antes de acostarnos: de igual forma que nos vamos despojando de nuestras ropas para vestirnos con las del sueño, vamos desprendiéndonos de las preocupaciones. Así nuestros sueños llegan a la propuesta de serenidad y paz que necesitamos, alejándonos del torbellino de la agitación en la que, tal vez el día nos ha llevado.
Estos tres momentos nos van a facilitar el Silencio interior tan necesario para cifrar todos los mensajes que nos vayan llegando.


POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
MindfulnessXL:La respiración : Objeto Casa
MindfulnessXLI. La intención como motor de cambio



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