MINDFULNESS LIX. LOS PENSAMIENTOS: EL OBSERVADOR NEUTRAL

LOS PENSAMIENTOS: EL OBSERVADOR NEUTRAL

Por Beatriz Santos Dieguez

El Observador neutral es una parte de nuestra mente, es nuestra mente, nosotros mismos; es nuestra mente como observadora y como participante


La libertad de pensamientos es, en teoría, un  derecho de los seres humanos.
En la infancia la espontaneidad y la sinceridad forman parte del día a día. En estos momentos de la vida, los adultos miran con ternura a los niños, sin fomentar la repercusión de estas características en ellos.
Con los años, las enseñanzas que, en su mayoría, se desprende de la relación con “nuestros adultos” y las experiencias que vamos teniendo, van limitando poco a poco estas características.

Espontaneidad y sinceridad equivalen a Libertad: Libertad de mostrarnos y mostrar lo que somos y cómo pensamos. La merma de estas dos tipologías junto a la asimilación de lo que nos enseñan va construyendo en nosotros unas creencias que van a ser las encargadas, con el tiempo, de dirigir nuestras acciones mediante el moldeado de nuestro pensamiento a ellas.

Estas creencias van a limitar, en definitiva, nuestra libertad, y nos van a llevar por la vida conectados a una especie de piloto automático. Por tanto, son, en la mayoría de los casos, creencias limitantes.
Al crecer e irnos convirtiendo en adultos creemos que escogemos la dirección de nuestras vidas.
Realmente, son estas creencias alojadas en nuestros inconscientes, las que como aguas subterráneas van fluyendo e influyendo en nuestros pensamientos y manejando nuestra vida. Aquí radica el problema, si lo hay, que en muchas ocasiones lo hay.
De ahí la importancia de trabajar el pensamiento, empezar a ser conscientes de estos pensamientos que nos guían e informan de manera errónea porque se adecuan a eso que creemos, y que sentimos traicionar cuando contravenimos.
Informé en otro momento que hablaría de las creencias, pero ese momento todavía no ha llegado, siendo su  incursión en esta ocasión, simplemente para tenerlas en cuenta y alertar de la importancia que tienen en todo nuestro proceso de maduración y estructuración de nuestra personalidad y nuestras vidas.
Llegar a ellas para cambiarlas o dejarlas que desaparezcan sin más, es un proceso que necesita de nuestra práctica y nuestra intención.
La meditación Mindfulness (atención plena, totalizadora) es una herramienta adecuada para este fin, que es un medio sobre el que podemos deslizarnos con suavidad, superando lo abrupto del terreno que vamos pisando.
Recordemos que meditar no es pensar en cosas. Meditar es tener conciencia clara de la acción de pensar.
Meditar no es necesariamente dejar la mente en blanco, aunque en ocasiones, mientras meditamos hay momentos de “no pensamiento”: de no imágenes, de no diálogos.
Meditar no es necesariamente controlar los pensamientos, aunque con la práctica uno va aprendiendo a transitar los pensamientos.
Meditar no es necesariamente dejar de sentir, aunque a veces no tengamos sensaciones.
Meditar no es necesariamente pensamiento positivo, aunque a veces puedo tener pensamientos positivos y agradables.
Meditar es estar plenamente atentos al momento presente: sin juzgar, sin evitar ni negar, sin apegarse o retener, sin querer cambiar nada.

 “La práctica” nos va a permitir observar las cosas de otra manera, porque cuando meditamos somos observadores neutrales, de los pensamientos, las emociones, los sentimientos, las sensaciones físicas…
Cuando meditamos no estamos pensando sobre las cosas, no estamos analizando, ni tampoco desarrollando la narrativa de una historia.
A través de la práctica estamos cultivando el poder del observador neutral, y desde aquí observamos todas las tendencias y la estructura de la mente.
El observador neutral es el que contempla.

El que contempla desde la neutralidad, desde la amabilidad, desde el humor, porque desde la práctica Mindfulness no se hace hincapié en cambiar las pautas de pensamiento, sino que lo que modificamos, es la forma de relacionarnos con esas pautas de pensamiento.
Imaginémonos dentro de  un escenario, en un lado, no en el centro.
Desde ese lado estamos observando todo lo que ahí ocurre, a la vez que participamos de la escena que allí se desarrolla: participo de la escena siendo parte del elenco de actores, y contemplo todo lo que allí sucede, sin juzgar, sin criticar, sin analizar, dejándome llevar por la corriente de esos acontecimientos que se desarrollan en la escena en ese preciso momento.


El poder del observador neutral no podemos confundirlo con indiferencia; no consiste en no poder recordar, en revivir las cosas indiferentemente. Posiblemente, muchas veces voy a revivir cosas pero el poder del observador es la neutralidad.
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Comentarios

  1. Ejercicios de mindfulness para adultos existen muchos pero la efectividad de cada uno de ellos depende de cada personas. Siempre recomiendo probar varios e ir realizando cambios. El mindfulness es muy positivo pero requiere de voluntad

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