MINDFULNESS LV: EL CULTIVO DE LA PACIENCIA

EL CULTIVO DE LA PACIENCIA
Por Beatriz Santos Dieguez
No confundas la paciencia, coraje de la virtud, con la estúpida indolencia del que se da por vencido (Mariano Aguiló)
 Mindfulness nos  aproxima a determinados conceptos que de alguna manera se amplifican con la práctica, la cual nos permite entrar en ellos de una manera diferente, o mejor, vivirlos en su totalidad.
Retomo hoy Mindfulness abordando el término de “paciencia”, tan unido al de tolerancia y tan lejos de la prisa que hoy se ha apoderado de nuestro tiempo, absorbiéndole sin que apenas caigamos en la cuenta de que ésta  le ha impregnado,  invalidando la capacidad de “saber esperar”, de dejar que las cosas lleguen, cuando tienen que llegar.
Paciencia y tolerancia gozan de un mismo principio: la aceptación, de la que hablaremos en otro momento.
La Tolerancia podemos definirla como el respeto y la consideración  hacia la diferencia, como una disposición a admitir de los demás una manera de ser y obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo.
En Mindfulness la Paciencia se aborda como una capacidad de transitar  todo lo que el universo nos depara, nos regala, sea esto para nosotros agradable, desagradable o neutro.
La paciencia, en esta sociedad concreta en que vivimos no es habitual.
Vivir y comprender la paciencia desde Mindfulness es sentirla como una disposición del corazón y de profunda humildad, una mezcla entre confianza y aceptación, también como una sensación, como una actitud.
Entender desde Mindfulness la paciencia, es dejar que las cosas y los fenómenos se desenvuelvan, se presenten tal cual son, para poder abrazarlos.

La paciencia es dejar que lo natural, que la ley del universo, que la ley de la naturaleza se presente, y en este punto, es lo diametralmente opuesto a la inquietud, la ansiedad. Conceptos
cuya   aprehensión significan un quiebre, una fractura a lo natural, a la ley del universo.
Inquietud, ansiedad, significan una irrupción a lo natural.
La manera  de cultivar la paciencia y por consiguiente, admitir la aceptación de la ley de la naturaleza, es permitiendo que ocurra lo que tenga que ocurrir sin reaccionar, asumiendo la actitud, la posición del observador neutral (concepto del que también hablaremos en otro momento), que transita sin identificarse, sin apegarse, sin quedar adherido al fenómeno que se presenta.
Es necesario dejar que las cosas ocurran.
Es necesario  el tránsito por lo incómodo, por lo doloroso, recorriéndole con plena aceptación, sin miedos y sin temores, sabiendo que nada es eterno.
Observar con Plena Atención el fenómeno que aparezca, ya sea a nivel de la mente o del cuerpo, sin reaccionar, situándonos en una posición de Observador Neutral, va a proporcionarnos avanzar de manera calmada, pacífica, silenciosa… Esto es la paciencia.
Esto es lo que el cultivo de la paciencia a través de Mindfulness va a regalarnos: la serenidad.
Para conseguirlo, quizás pueda servirnos el llevar algunas respiraciones hacia el fenómeno. Si este se produce en alguna zona del cuerpo,  dejar sentir el aire hacia esa zona puede ayudarnos.

Al darnos cuenta, al estar plenamente atentos en el Inhalar y en el exhalar,  el Yo, poco a poco, se irá transformando.

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