El estrés: Mindfulness III
Por Beatriz Santos
Practicar
Mindfulness permite contemplar los pensamientos y las sensaciones que se
experimentan como eventos que fluyen de forma continua y que sólo deben ser notados
y observados siendo conscientes de su carácter transitorio y por tanto, no permanente,
rompiendo de esta manera el patrón habitual de pensar-sentir actuar, así como
el hábito de juzgar y evaluar los pensamientos, tomándolos como algo con
entidad propia, ya que aprendemos a observarlos sin reaccionar necesariamente
ante ellos.
Hoy quiero
centrarme en uno de los males que aquejan a nuestro tiempo y que la práctica
Mindfulness ha mostrado que puede paliar: el
estrés.
Como humanos que
somos, nos sentimos más cómodos en situaciones y entornos que podemos controlar,
por el contrario, en aquellos en los que no podemos prever con antelación lo
que vamos a encontrar nos produce un cierto malestar, pero la vida diaria nos
enfrenta cotidianamente a situaciones de incertidumbre, situaciones que, de
alguna manera, nos están impulsando a revisar nuestros esquemas mentales que,
aunque pudieron ser útiles en el pasado,
puede que ya no lo sean para enfrentarnos a los nuevos retos.
Para afrontar
estos retos, el estrés es necesario y es adaptativo porque favorece nuestra
supervivencia, nos permite poner en marcha nuevos recursos personales,
fortaleciendo asi la autoestima e incrementando las posibilidades de éxito en
ocasiones futuras, pero cuando éste se
prolonga o intensifica en el tiempo, la salud, el desempeño académico o
profesional, e, incluso, las relaciones personales o de pareja del sujeto se
pueden ver afectadas.
En las últimas
décadas se han publicado numerosos trabajos científicos que han aportado el
conocimiento necesario para comprender los mecanismos involucrados en el
desarrollo del estrés. Con ellos se ha pretendido también evitar una
patologización excesiva del mismo o una confusión del concepto, por lo que se
han evidenciado dos modalidades:
EUSTRÉS o estrés positivo DISTRÉS o estrés negativo
Como ya habéis deducido, la modalidad de estrés perjudicial a la que nos referimos aquí es el DISTRÉS y al respecto hay estudios cuyos resultados arrojan que la práctica Mindfulness nos acerca a los desafíos de la vida, saliendo beneficiados de ellos debido a que fortalecemos los mecanismos adaptativos, producto, a su vez, de un aumento de la actividad de la corteza prefrontal izquierda, que es la parte de nuestro cerebro que tiende a acercarse a las dificultades.
Os dejo un video aclarativo de la evolución histórica del estrés
En unos días volveremos a encontrarnos en
este espacio para iniciar un nuevo encuentro con la práctica.
POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
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