MINDFULNESS LI. EL DESAPASIONAMIENTO

EL DESAPASIONAMIENTO, LA NEUTRALIDAD
Por Beatriz Santos Dieguez
Sentir tu cuerpo, es sentir, es conocerse.
Permanecer en la sensación es estar,  y aprender a estar en el momento presente.

En este tramo del recorrido por Mindfulness hemos comenzado a dar ciertas nociones de importancia para la compresión de la práctica, siendo esta el puntal (fundamento, apoyo) sobre el que pivota su vivencia directa.
En este nuevo enfoque, el intento de meternos de lleno en ella (la práctica) no exime el hecho de ir dando nociones de conceptos que la acompañan, ni tampoco el dedicar algún post exclusivamente a ello.

Continuamos con la práctica del cuerpo.
A través de la contemplación del cuerpo iremos percibiendo las sensaciones que se producen en él.
Esta contemplación  ha de hacerse desde un desapasionamiento para no caer en reacciones de apego excesivo o rechazo, lo cual no significa que debamos reprimir las sensaciones, ya que de ser así, lo que estaríamos haciendo es generar más rechazo.
Esto, lo que significa e implica , es “darnos cuenta de las reacciones de la mente”, y a partir de ello, ir desarrollando una observación, ecuánime, sin ideaciones ni interpretaciones que nos facilitará aprender a dejar la sensación en la sensación.
PRÁCTICA
Vamos a realizar otra meditación en la posición de acostados (mirar el post L, donde aparecen las claves para la adopción de esta posición). También puede realizarse desde cualquier otra posición (sentados o de pie, parados).

 COMENZAMOS
Desde la posición mencionada, toma conciencia de la posición del cuerpo.
Date cuenta del estado del cuerpo, de las sensaciones que hay en este momento.
Hoy vamos a prestar  atención  a dos subobjetos, aunque realmente el objeto es el cuerpo.
Por una parte llevaremos la atención a las manos,  para entrar y meternos en el cuerpo con plena atención, respetando sus límites.
Por otra, vamos a estar atentos a las sensaciones  que vayan surgiendo y contemplar cómo se desvanecen.

Comienza a explorar la zona de los hombros (esta es una zona con muchas tensiones, que se van acumulado a lo largo del día).
 Con tu mano derecha explora tu hombro izquierdo.
Metete en esta zona utilizando los dedos, date pellizcos, date masajes.
Continua con la mano derecha explorando la zona tu hombro izquierdo, siente, simplemente date cuenta de las tensiones que hay en la zona, de las sensaciones sin importar si son agradables o desagradables. Simplemente date cuenta de estas sensaciones.
Lentamente lleva los brazos al costado del cuerpo y descansa. Date cuenta de las sensaciones que han surgido y que surgen en este momento.


 Y… lentamente coloca el brazo Izquierdo en una posición de noventa grado, respecto al cuerpo. Extiende el brazo como queriendo tocar la pared que tienes a tu izquierda. Reposa el brazo y descansa.
Date cuenta de los apoyos, y date cuenta que el brazo está plenamente apoyado y sin hacer esfuerzo para estar en una posición determinada.
Sigue ahora, con tu mano derecha, explorando la axila izquierda y metete. Esta es una zona con muchas tensiones, donde puedes descubrir muchas sensaciones. Es  una zona amplia, que puedes recorrer hacia delante, hacia atrás, tal vez, como barriendo esta zona hacia la cintura y explora,  date pellizcos, utilizando toda la mano. Explora toda la zona del hombro. La parte de atrás de adelante.
Continúa explorando la zona izquierda del pecho, haz pequeños masajes, trata de barrer hacia abajo y continua explorando toda la zona izquierda del abdomen y metete. Explora y llega hasta la zona de la cintura dándote cuenta de distintas sensaciones que van apareciendo.
Tal vez te des cuenta que surgen pensamientos y emociones. Simplemente déjalos pasar y concentra la atención en las sensaciones que van surgiendo a medida que vas explorando tu cuerpo.
Ves acercando y colocando, lentamente,  el brazo izquierdo arriba del abdomen y con la mano derecha explora la totalidad del brazo izquierdo.
Comienza desde el hombro y ves barriendo hacia la zona del codo, dando pellizcos, sintiéndole,  haciendo presión. Siempre reconociendo los límites y  dándote cuenta de las sensaciones que van surgiendo sin poner ideaciones de cómo es la sensación. Simplemente deja surgir lo que permanece oculto, si lo hay.
Continúa hacia la zona de la mano y explora la mano, date pellizcos, recorre con los dedos de la mano derecha cada uno de los dedos de la mano izquierda, presiona los dedos, hazte masajes.
 Y… lentamente coloca ambos brazos, al costado del cuerpo.  En esta posición descansa.

Date cuenta las distintas sensaciones del  lado izquierdo de tu cuerpo, en toda la zona que te has ido metiendo, y date cuenta de las diferencias entre un lado y otro de tu cuerpo, sin comparar, sin poner nombre, sin decir si es mejor o peor.
 Las diferencias entre el costado derecho y el costado izquierdo. Simplemente date cuenta.

De la misma manera que has hecho con el brazo izquierdo, va a hacer con el brazo derecho.
Lleva ahora el brazo derecho a la posición de noventa grados con respecto al cuerpo y descansa el brazo.
No hay una posición correcta o incorrecta, simplemente apoya el brazo para mantener las  mínimas tensiones.
Te vas a ayudar ahora de tu mano izquierda para repetir todo el proceso (que acabas de realizar con la mano derecha en tu hombro, axila,  brazo, pecho, abdomen,  mano, dedos) en la parte derecha de tu cuerpo.
Cuando finalices el proceso, vuelve a colocar ambos brazos a lo largo del cuerpo y… descansa.
Contempla el surgir de cada sensación.
Toda sensación que surge tiene una correlación directa con la mente.

Tal vez la relación de la mente con la sensación es indicándote que la relación  es placentera, o displácetelas. Déjalo estar y céntrate en la sensación en sí.
Tal vez puedas darte cuenta de cómo estas sensaciones se desvanecen, o tal vez no.
Es por eso que simplemente observamos las sensaciones y observamos la relación de la mente con estas sensaciones.
SALIMOS DE L AMEDITACIÓN
Inhala profundamente por la nariz y exhala por la boca.
Vuelve a tu respiración normal.
Comienza a darte cuenta de tus apoyos y a mover los dedos de los pies y piernas.
Cuando estés preparado sube tus párpados y disponte a salir de la meditación

POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:

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