MINDFULNESS LXVIII. BIMBA BOSÉ

BIMBA BOSÉ
Por Beatriz Santos Dieguez

Aceptar implica partir de una realidad, que es la que es, sin intentar cambiar, y dejándola ser. Ya el universo se encarga de ir mostrando el camino por el que vamos transitando como seres únicos a la vez que participantes del Todo.
El 23 de enero despedimos a Bimba Bosé,  un icono en nuestro país, España, que ha atravesado fronteras. La última acaba de hacerlo.
Mujer valiente, vanguardista y libre,  a la vez que discreta y profunda, llena de amor y carisma, que supo vivir de igual forma que supo marcharse.
El día en que me levanté con su partida me sentí impactada, indignada y aturdida, sin saber por qué y sabiendo plenamente que ella significa todo lo que todos hemos querido llegar a ser sin ser lo que ella es.
La identificación con ella para muchos es indiscutible, y durante el paso de estos cuatro días, en que se prepara su entierro y despedida, se ha dicho de todo. Se ha intentado masacrar su imagen como persona, como familia, como tendencia y como ser humano, aunque una vez más ha podido verse que lo bello surge sobre lo sórdido y lo patético.
Mi identificación con ella viene de antiguo, y su mensaje para mi es ineludible, inexpugnable a la vez que alentador y “traedor de recuerdos”.
Hace casi 17 años yo padecí un cáncer de mama. En la mama izquierda.
¿Por qué ella marchó y yo no? Me pregunto.
La respuesta me ha rondado estos días de distinta manera, pero sobre todo buscando información sobre “sus momentos”, que yo desconocía en esta esfera suya,  la auténtica Bimba. La discreta Bimba, porque aunque participó activamente en campañas contra el cáncer de mama, no estuve al tanto, como tampoco lo hice de su carrera, y sin embargo su marcha ha provocado un parón en mis días.
Siempre fue discreta dentro de lo que muchos pensamos, ya  que su propia estridencia era el signo máximo de la sutileza y la transparencia.
De ella conservo unos zapatos de la marca “Bimba y Lola” y la plenitud por la que pasó por la tierra en sus 41 años.
Han venido a mí multitud de preguntas respecto a cómo es posible que su cáncer apareciera ya con metástasis, y como ella voluntariamente pretende hacerlo público para ayudar a otros.
Ha venido a mí una palabra repetida por muchos y que ella misma corrigió más tarde: Lucha.
Cuando hablamos de lucha,  en nuestra mente siempre aparecen vencedores y vencidos. Cuando luchamos, sea de la índole que sea,  gastamos energías.
 La lucha nos deja exhaustos y desvencijados. Podemos ganar pero a costa de otros que indiscutiblemente han perdido, y que nuestro triunfo siempre lo es sobre lo devastado.
Bimba pasó a amar a su cáncer. Nos dijo que debemos amarle.

Y sí,  porque el amor es un bálsamo para el alma y el cuerpo.
Cambiemos la lucha por la Aceptación.

Seguro su destino era el que ha sido, porque ella hacumplido todo lo que vino a realizar en la tierra. Ella se ha marchado plena. Pocos son los que alcanzan o alcanzaremos esa gloria tan preciada que es la misión cumplida, de hacer lo que hemos venido a hacer, de realizar ese cometido con la mayor dignidad que un ser humano puede lograr.

¡Buen viaje Bimba!
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