Mindfulness VI. Práctica (Adicciones)



Mindfulness VI. Práctica (Adicciones)

Por Beatriz Santos

Vamos a  hallar ese momento de discernimiento donde nosotros intentaremos saber quiénes somos.

Busquemos un lugar cómodo, apaguemos nuestros móviles (celulares) y dejemos avisado (al resto de personas que vivan con nosotros) que vamos a realizar nuestra práctica.

Revisamos nuestra postura (mirar post cuarto de mindfulness) después de haber escogido la más conveniente a nuestro momento actual (acostados, sentados, sobre un cojín, incluso de pie).

Comenzamos:

Ocupémonos de sentir todo lo que nos rodea.


Empezamos con el sentido del tacto. Observa lo que sientes con tu tacto, activa todo tu tacto: la posición de tus manos, la posición de tus pies, el peso de tu cuerpo sobre dónde estás sentado; el roce de tu ropa con tu cuerpo, el ritmo de tu respiración à siente cómo se inflan tus pulmones y cómo se vacían con cada inhalación y con cada exhalación, SOLO ESTÁS OCUPADO EN SENTIR.

Si vienen pensamientos obsérvalos y déjalos ir, no encadenes un pensamiento a otro, estás atareado en sentir tu peso, la posición de tus manos y de tus pies, la temperatura del ambiente, todo al mismo tiempo y si aparece un pensamiento déjalo venir y déjalo ir.


Tenemos activo el sentido del tacto, ahora tratemos de incorporar el sentido del oído: incorpora el sonido de la habitación en que te encuentras, personas a lo lejos, coches (vehículos).
Cualquier cosa que pueda llegarte a través de tus oídos incorpóralo a la

·         Sensación de tu peso dónde estás sentado
·         A la posición de tus manos y de tus pies
·         A la temperatura del ambiente: si hay viento, si hay frío, si hay humedad. Cualquier cosa que puedas sentir, incorpórala. TODO AL MISMO TIEMPO.

Si vienen pensamientos déjales venir y déjales ir. Ocúpate solo de sentir. Nunca hiles un pensamiento a otro porque estás ocupado en sentir todo al mismo tiempo con tu tacto y con tu oído: personas a lo lejos, perro ladrando, pájaros, un coche  (vehículo), cualquier cosa que puedas escuchar incorpórala.



¿Te das cuenta la riqueza que la vida nos entrega?


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