MINDFULNESS XLIX: REPASANDO
REPASANDO
Por Beatriz Santos Dieguez
La atención plena nos ayuda a congelar la
imagen para que podamos tomar conciencia de nuestras sensaciones y experiencias,
sin la colaboración ni distorsión de respuestas socialmente acondicionadas o
reacciones habituales (Henepola Gunaratana)
Desde el
comienzo de esta línea Mindfulness hasta
el post XLVIII hemos ido transitando por ríos que confluían en una
desembocadura común. Al menos este fue el propósito inicial.
Tras la
introducción en el tema y unas pinceladas sobre su fundador conocido en
Occidente (Jon Kabat Zinn) comenzamos
a entrelazarlo con la línea “adicciones”, orientado fundamentalmente a la
drogodependencia. Pero como casi todo en la vida, líneas que convergen
necesitan, en un momento dado, distanciarse o caminar en un” aparente” paralelo.
“Adicciones” ha comenzado una andadura
que por un tiempo va a caminar a su ritmo. “Mindfulness” seguirá con su
línea, más centrada en la técnica y en la práctica.
De vosotros, mis lectores, va a depender el
que vayáis hilando y aplicando Mindfulness a aquello que creáis conveniente,
según el momento de vuestras vidas en que os encontréis.
Estoy completamente segura que ya lo estáis
haciendo.
Retomamos un señalamiento
inicial pero necesario para continuar: “Mindfulness, palabra de difícil traducción en nuestro idioma podemos
interiorizarla como algo parecido a
Mente Plena, Atención Plena, Mente Relajada…”. Con la práctica
comprobaremos que tiene todos los ingredientes que el significado adaptado ha
conseguido atribuirle.
Traigo a la
memoria la posible confusión que
puede haber entre Mindfulness y
Meditación y en un intento de aclarar lo que ambos términos pueden parecer
tener diferente dejo la puerta abierta
buscando el engranaje que los UNE:
La Atención Plena es el ingrediente
fundamental de las Técnicas de Meditación,
la habilidad de estar presentes.
La Meditación es el mejor modo de
adquirir esta habilidad, la cual nos va a permitir que aparezca un Espacio Mental, que a su vez dejará que nos invada una sensación de
tranquilidad, de plenitud, de paz (os remito al post XX
de esta línea donde hacemos una descripción más precisa y detallada de ambos
conceptos).
Son muchos y
variados los objetos que podemos
tomar como centro de nuestras
Meditaciones (algunos de los cuales también han sido nombrados en posts
anteriores), pero existen dos que por su intrínseca
relación con nosotros mismos van a permitir usarlos en cualquier momento y
sobre todo en los comienzos de esta
práctica que a pesar de su
simplicidad no conlleva la facilidad
de su uso (por razones que trataremos de explicar en otro momento).
Me estoy
refiriendo, como ya habréis descubierto, a la Respiración y al Cuerpo.
Ambos están con nosotros allá donde vayamos.
De la Respiración tenemos varias prácticas.
Del Cuerpo también hay alguna (incluso
tenemos una práctica caminando).
En este post de esta nueva forma de
retomar Mindfulness voy a proponeros un
ejercicio sencillo e integrador con
estos dos objetos, en los que intervendrán otros que iremos viendo.
PRÁCTICA
Siéntate con
la espalda recta pero relajada, de forma que tu postura recuerde tu intención
de permanecer con una conciencia plena y despierta.
Cierra los ojos o baja la mirada.
Comienza por tener conciencia de que ocurre en
tu mente en este instante.
¿Cuál es el
clima, el tiempo en tu mente ahora?
¿Qué pensamientos hay, que emociones? Observa lo que hay sin intentar cambiarlo, sin juicios, sin críticas.
Solo se consciente con una postura
abierta y amable de cuál es el clima de tu mente en este instante.
Lleva ahora tu conciencia a tu cuerpo:
Nota tu postura, la expresión de tu
rostro, las sensaciones en tu piel, las sensaciones dentro de tu cuerpo.
Observa si hay alguna tensión. Si la
hay no es necesario cambiarla: SOLO
OBSERVA.
Lleva tu conciencia a las sensaciones que
sientes en tu cuerpo, tal y como las sientes, ahora, en este preciso instante.
Ahora que
eres consciente de cómo es el clima en tu cuerpo y en tu mente, lleva tu conciencia a tu respiración:
-Nota como sube y baja tu pecho y tu abdomen con el flujo de tu respiración.
Cuando tu
atención se vaya a otros pensamientos, recuerdos, tareas, preocupaciones,
amablemente vuelve a dirigir tu conciencia a tu respiración.
Observa como
tu respiración es un ancla en el MOMENTO PRESENTE, en este preciso instante.
-No es
posible respirar el aire de ayer, tampoco es posible respirar el aire de
mañana.
-Vuelve a tu respiración, vuelve al
presente,
-Vuelve a estar presente en tu cuerpo y en
tu respiración.
Más abajo os dejo el vídeo de Yolanda Calvo Gómez del que está extraída íntegramente está práctica.
POST CRONOLÓGICOS SOBRE LA LÍNEA TEMÁTICA:
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