Práctica Mindfulness XII

Mindfulness XII: Práctica

Por Beatriz Santos




Voy a pedirte que a pesar de haber transitado por las prácticas anteriores y llevar un tiempo acompañándonos, procedas con una mente de principiante, como si fuera la primera vez que lo haces.
La clave para sentarse a meditar es encontrar una postura apropiada: erecta y relajada, lo que te va a permitir mantener el cuerpo con las tensiones necesarias  para sostener la postura,  y que la respiración se realice con facilidad.
Podemos escoger la postura tradicional de las piernas cruzadas en el suelo sobre un almohadón o cojín, o podemos elegir sentarnos en una silla o banco.
Si elegimos sentarnos en una silla es importante que nos sentemos en la parte anterior del asiento, sin apoyar la espalda en el respaldo. Nuestros pies deben estar sobre la tierra, sobre el suelo bien anclados a la tierra.
Podemos experimentar  distintas formas de sentarnos hasta que encontremos la más confortable para nosotros.
 Una vez que has escogido una posición intenta mantenerla en vez de cambiarla constantemente.
Para tranquilizar la mente es importante que el cuerpo también esté tranquilo, por lo que encontrar una postura confortable y adecuada a nosotros, va a desembocar en una conciencia alerta.
La calma del cuerpo contribuye a la calma de la mente. Si nuestro cuerpo está calmado y no se distrae con movimientos continuos, podemos ver más claramente qué está sucediendo en nuestras mentes, en nuestros corazones, podemos comenzar a ver cómo nos relacionamos con nuestra experiencia.

Vamos cerrando los ojos para disminuir los estímulos visuales que pueden distraernos en nuestros comienzos con la práctica.

Colocamos la lengua detrás de los dientes superiores, de esta manera, la punta de la lengua va a tocar una parte pequeña del paladar.
Esta postura de la lengua es muy importante porque nos ayudará a relajar la cavidad de la boca y nos va a permitir el libre flujo de la saliva.




Objeto de meditación en esta práctica:
La Respiración

La sensación de la respiración será hoy nuestro objeto primario de meditación.


Utilizaremos la respiración como un ancla que echaremos en momentos de distracción y dificultades. Cada vez que la mente condicionada se vaya al pasado o al futuro, vamos a volver a la respiración (para conectarnos), que está siempre en el momento presente.
Comenzamos notando la sensación física de contacto entre el cuerpo y la silla o el almohadón y los pies contra el suelo; bien la planta si estamos en una silla, bien la zona de estos y de las piernas si estamos en un almohadón o cojín.
Nota como sientes la columna y la espalda y nota si esta está erecta y relajada.
Estamos entrando en un estado de relajación y de alerta al mismo tiempo.
Lo único que estamos haciendo es notar cómo nos estamos sintiendo.
Percibe las sensaciones en el cuerpo a medida que inhalas (el aire entra) y a medida que exhalas (el aire sale).
No intentes cambiar la respiración.
No pienses sobre la respiración.
No intentes imaginar el aire entrar y salir del cuerpo.
Trata de no caer en comentarios sobre ti mismo/a como “esto me aburre mucho…” o “para mí esto es muy difícil”. Si surgen pensamientos como estos  déjalos ir…

Lleva de vuelta tu atención a la experiencia de respirar:


Comienza a sentir cómo el aire, al inhalar entra por tus fosas nasales, baja por tu garganta, tu tráquea, llega a los pulmones; el diafragma ayuda a que el aire baje hasta nuestro abdomen.
Y sentimos como el aire, al exhalar va subiendo de nuestro abdomen a nuestros pulmones, tráquea, garganta y …Sale por nuestras fosas nasales.
Así, hacemos cinco respiraciones sintiendo cómo el aire entra al inhalar, y el aire sale al exhalar.
Inspiramos (Fosas nasales, garganta, tráquea, pulmones, abdomen) y expiramos (recorrido inverso)
Inspiramos y expiramos
Inhalamos y exhalamos
Inhalamos y exhalamos
Inspiramos y expiramos.
Y para finalizar, a medida que vamos sintiendo esta sensación con la respiración, con el aire que entra y con el aire que sale, vamos a repetirnos mentalmente esta frase de Walt Whitman de “Canto a mí mismo”:
Nunca habrá otra perfección que la de ahora.

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