MINDFULNESS XLI. MINDFULNESS. PRÁCTICA. LA INTENCIÓN COMO MOTOR DE CAMBIO

PRÁCTICA: LA INTENCIÓN COMO MOTOR DE CAMBIO

Por Beatriz Santos Dieguez





Cuando nos proponemos iniciar la práctica Mindfulness conviene que nos hagamos algunas preguntas porque de su respuesta va a depender el que su efecto sea renovador, sereno e integrado en la vida tal cual es.
En  cualquier práctica que iniciemos para nuestra evolución o cambio, la INTENCIÓN es fundamental.
Por tanto, la primera pregunta es ¿Con que intención me decido a sostener esta práctica?
A continuación aparecen otras interrogantes a las que  hemos de responder mentalmente.
¿Pretendo integrar la práctica en mí día a día?
¿Tengo realmente la intención de tomar un rol activo para poder reeducar gradualmente mente-cerebro-cuerpo para manejar las emociones?
¿Tengo realmente la intención de realizar cambios profundos para que mi mente, de esta manera, genere menos sufrimiento para mí y menos sufrimiento en el mundo?

Meditar, entre otras cosas, es abrir lo que está cerrado.
¿Qué está cerrado?:
Mi cuerpo y mi mente.

Un cuerpo cerrado es un cuerpo que ha perdido espacios, es un correlato claro de una mente cerrada, de una mente que ha perdido espacio.
La respiración, primer y último signo de vida, es la función fisiológica más importante,  que se modifica con mayor facilidad. Un pensamiento modifica la respiración. 

Un sonido, una emoción, una sensación física modifica la respiración.
Pero no  intentes modificar la respiración durante la práctica mindfulness, porque esta se modifica por Observación.
un simple testigo, un observador del aire que entra en el momento mismo en que el aire entra y del aire que sale en el momento mismo en que el aire sale.
AHORA Intenta dirigir una plena atención  a tu cuerpo.
 Elige la postura que vas a tomar y sostener para entrar en la práctica meditativa de Mindfulness, atención plena, totalizadora, no reactiva, momento a momento.
Desde la postura que has elegido, con la intención de meditar y con plena atención, trata de tomar conciencia de los puntos de apoyo, ya sea desde la postura de sentado, ya sea desde a postura de acostado.
Si la postura que has elegido es la de acostada, intenta sentir la cabeza, la columna, la espalda, el apoyo de los brazos, antebrazos, codos, manos Sigue dirigiendo tu atención hacia el apoyo de los glúteos, piernas, muslos, pantorrillas, talones etc., Registra el apoyo de los talones separando un poco las piernas. Dejando que se distienda la zona lumbar apoyada sobre la colchoneta, dejando que las piernas se relajen y los pies caigan hacia los lados.
Si la postura elegida es la de sentada, separa la espalda del respaldo de la silla si puedes, dirige tu atención hacia el contacto de tus glúteos sobre el asiento del banco o silla, el contacto de tus pies sobre el suelo, el contacto de tus manos sobre tus muslos, rodillas o una sobre otra (según hayas elegido). Inclina el mentón, un poquito,  hacia delante. Coloca la lengua detrás de los dientes de la mandíbula superior.
Ahora, una vez adoptada la postura, una postura digna, la cual en si ya es meditación, comienza a dirigir la atención a la respiración.
Cuida, a través de darte cuenta, la tendencia de la mente de hacer de la respiración una técnica.
Cuida la tendencia de la mente de querer modificar la respiración.
Cuida la tendencia de la mente de querer tratar de hacer que la respiración sea de una manera determinada.
Pon la intención de ser simplemente un testigo de la respiración:
Un testigo de la inhalación, un testigo de la exhalación.
-Concentra la mente en el aire que entra, en el momento mismo en que el aire entra.
-Concentra la mente en el aire que sale en el momento mismo en que el aire sale.
Intenta desarrollar la capacidad sabia de dejar ser a la respiración. Deja que la respiración siga la ley natural.
Simplemente sé un observador/a, que no hace juicios, que no intenta controlar, cambiar, modificar.
Se simplemente un observador neutral de esta experiencia simple pero nada fácil, de sentir que el aire entra en el momento mismo en que el aire está entrando y de sentir el aire que sale en el momento mismo en que el aire está saliendo. Desarrolla momento a momento esta capacidad simple, sabia, pero nada fácil, de vivir la experiencia del aire que entra cuando está entrando, y de vivir la experiencia simple, pero nada fácil, del aire que sale cuando está saliendo.
Siente el ritmo de la respiración directamente ligado al ritmo del corazón.
Siente el sonido de la respiración.
Intenta darte cuenta de la respiración:
-Date cuenta si la respiración es una respiración corta o larga.
-Date cuenta si el sonido de la respiración es audible o mudo.
-Date cuenta si la respiración es acelerada o tranquila.
-Date cuenta si la respiración es más profunda o más superficial.
Simplemente date cuenta. No modifiques nada. Date cuenta.

El aire que entra y el aire que sale…

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