MISCELÁNEO XXI. PARTÍCULAS Y ONDAS

PARTÍCULAS Y ONDAS

Por Beatriz Santos Dieguez

Todo está conectado.



Todo nos afecta a todos, directa o indirectamente, y la forma y  manera en que esto sucede es a través de ondas.
La comunicación que recibimos de una a otra parte del planeta sería imposible sin ellas (las ondas).
Pero ponernos a hablar de las ondas no es el cometido de este post. Sin embargo si es necesario tenerlas en cuenta.
La Mecánica Cuántica nos informa que nosotros, los seres humanos (y también todos los seres vivientes en el planeta) estamos constituidos por partículas (que da lugar a la parte visible, el cuerpo,) y por ondas que viajan a una velocidad igual o superior a la de la luz. Las ondas son las encargadas de transmitirnos la información.
Como ya he señalado más arriba, es en otra cosa en la que hoy vamos a centrarnos. A centrarnos y con lo que relacionarnos.
Hoy vamos a conectarnos con el pasado, un post que elaboré en el 2015, para continuar en el presente, como puente necesario para seguir edificando y caminando hacia donde su construcción nos lleve, que seguro es un buen sitio.
En el Post número VI de Línea de Verano (año 2015) La Paradoja del Tiempo, hablé de las peripecias de este concepto (el tiempo). El post termina con una frase del magistral Gabriel García Márquez (que ya no está entre nosotros físicamente) en la que nos hablaba del Corazón de forma sublime, y que hoy, más que nunca es una puesta al día en todos los campos de la ciencia, entre los que la Psicología está incluida.
La frase reza así:
La memoria del Corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a este artificio logramos sobrellevar el pasado.
Y… comenzamos a conectar el arte (en este caso de la escritura, de la literatura) con la ciencia…
Contrariamente a lo que estamos acostumbrados por la información proveniente del  materialismo científico, el Corazón es algo más que un músculo que nos permite seguir viviendo mientras late. Y esto proviene del mismo campo de la ciencia (moderna), aunque también lo haya hecho antes la poesía, el cine y otras artes en general, y la espiritualidad en particular.
Y aquí la interconexión.
En la medicina china, el corazón se considera el núcleo de la sabiduría.
En la también antigua tradición ayurvédica, el corazón es el mediador entre el cielo y la tierra. Dicha tradición afirma que el cuerpo posee siete chakras, que son vórtices energéticos o centros de fuerza considerados puntos focales tanto para la recepción como para la transmisión de energías vitales corporales.
(Os remito a los posts publicados en esta misma  la línea de verano del 2015. En uno de ellos hablo  de los meridianos; en otro de los chakras).
La antigua tradición  ayurvédica junto a la medicina china ha dejado plasmado un conocimiento que hoy confirma la ciencia moderna: el influyente papel del Corazón en nuestras vidas y en las vidas de todo el planeta.


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