ADICCIONES I: Rituales y legalidad

ADICCIONES: RITUALES Y LEGALIDAD

Por Beatriz Santos Dieguez

"El detonante inicial de la adicción a una sustancia o de otras formas de evasión, como el juego patológico, la adicción a las compras, o la adicción a Internet puede iniciarse con  el malestar que se genera ante experiencias tales como la soledad, la frustración, la falta de metas personales, etc"., (Antonio Soto, Las nuevas ADICCIONES, ¿Qué son? ¿Cómo afrontarlas?



Hemos tratado y analizado en posts anteriores (referentes a las adicciones) los mecanismos fundamentales que llevan a las adicciones, así como  de los factores fundamentales que se relacionan con el abuso y dependencia de las sustancias psicoactivas  y de las adicciones comportamentales, entre los que destacan:
1. Las características de la sustancia y su acción en el organismo, o la conducta gratificante y estimulante capaz de acaparar la atención por sí misma en el caso de las adicciones comportamentales.
2. Las características propias de cada individuo.  Cuando hablamos de ello nos referimos a ciertas variables que predisponen a ser más vulnerables a unos sujetos que a otros.
3. El ambiente y el medio sociocultural: las normas culturales,  los hábitos, etc., son realidades que determinan y regulan toda la vida de las personas.
Tanto al primer como al segundo factor le hemos dedicado un espacio que va a servirnos para abordar el tercero de estos factores mencionados: el ambiente y medio sociocultural en que estas se utilizan.
Cada civilización, cultura o etnia, a lo largo de la historia de la humanidad, ha utilizado alguna sustancia con propiedades adictivas.
Este uso se realizaba y realiza dentro de un contexto social y/o ritual, por lo que las pautas de uso pueden variar de una cultura a otra y a lo largo del tiempo. Por ejemplo, los hongos alucinógenos se asocian a rituales de ceremonias religiosas, interpretando las alteraciones perceptivas como manifestación divina.
En los países mediterráneos el uso del alcohol fermentado (principalmente) está asociado a sus costumbres, por lo cual se le ha quitado importancia a los problemas asociados y derivados de su uso.
Una sustancia como el alcohol destilado, ampliamente utilizada en Europa, provocó estragos en los indígenas de América, que no la conocían. Esto sucede porque cuando comenzaron a consumirla no tenían rituales de consumo ni conocían sus riesgos, por tanto, a la hora de consumir una sustancia es imprescindible que existan unos rituales de consumo, lo cual nos lleva al conocimiento de los riesgos.
La heroína se desarrolló a partir del opio, buscando un fármaco para la tos. Cuando se comercializó como remedio para curar a los adictos a la morfina, no se pensaba que terminaría siendo una droga ilegal, con consecuencias devastadoras en drogodependientes de todo el mundo.
Cuando el consumo de una droga está fuertemente arraigado en una población es más probable que se reste importancia a sus riesgos, mientras que una droga extranjera desata la alarma fácilmente. Esto nos lleva a tema de la disponibilidad y la legalización.
Sin negar el tópico de que lo prohibido atrae más, se ha demostrado que cuanto más accesible y barata es una sustancia, más se consumirá y tendrá peores consecuencias, pasa algo semejante a lo que ocurre con las armas de fuego: hay más heridos de bala y muertes causadas por ellas donde es más fácil  conseguirlas que donde su venta está más controlada.
En el caso de las drogas legales, como por ejemplo el tabaco en España, la estrategia más eficaz para reducir el consumo son las del control de la oferta: subir los precios y restringir su uso en determinadas circunstancias.En cuanto a las nuevas adicciones, comportamientos como los contactos anónimos a través de redes sociales o navegar por internet,  jugar a las máquinas o el mismo juego on-line, están tan disponibles, que resulta fácil que algunas personas se enganchen 
a ellos, aunque estas conductas no sean adictivas por sí mismas.

Esto ocurre porque cuando una conducta normal se utiliza para evadirse de una realidad desagradable, conseguir satisfacciones fáciles y rápidas o llenar un vacío personal queda grabado en los centros cerebrales de la memoria inconsciente como “algo gratificante” que genera una fuerte motivación para repetir su consumo (os remito al post XLII de la línea Mindfulness).
El hecho de que hayan llegado a nuestros días multitud de drogas que ya se utilizaban hace miles de años, es la prueba de que han tenido una función de utilidad para la humanidad.
La utilización a sustancias adictivas conllevan ciertos riesgos y su uso se mantiene buscando un equilibrio entre los riesgos y los beneficios sociales que se le atribuyen.
El mantenimiento de ese equilibrio va a depender por una parte de la función social que se le otorgue a esa droga y por otra de los efectos de la sustancia y los mecanismos de protección que tenga esa sociedad concreta.



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