Línea Psicodinámica XIII. Teoría del apego versus La importancia del otro

LÍNEA PSICODINÁMICA XIII. TEORÍA DEL APEGO VERSUS 
LA IMPORTANCIA DEL OTRO

Por Beatriz Santos
Ya hemos señalado en posts anteriores la importancia que ejercen los Otros de alrededor en la formación de la personalidad del bebé, siendo la experiencia que Bowlby adquiere como psiquiatra infantil la que le reafirmó en su creencia de que la psicopatología se origina en experiencias reales de la vida interpersonal.

La posición inicial de Bowlby reflejaba tres áreas de intereses principales:
-Corregir la teoría psicoanalítica a la luz de los nuevos descubrimientos.
-Ver la psicopatología en un contexto evolutivo y
-Colocar las relaciones afectivas en el centro de la psicología evolutiva y del psicoanálisis.
Lo esencial del paradigma propuesto por Bowlby es que supone que los dolores, alegrías y el significado del apego no pueden ser reducidas a una pulsión secundaria.

La Teoría del Apego sostiene la idea de que la empatía y la receptividad emocional de las personas significativas de nuestra vida contribuyen al desarrollo de un sentido de seguridad y de estabilidad interior desde la infancia en adelante. En este sentido, la teoría del apego tiene muchos elementos en común con la psicología del self de Kohut. Ser el objeto de empatía satisface muchas de las necesidades básicas del individuo. Por ejemplo, sentirse comprendido involucra la posibilidad de compartir significados con otros, sin lo cual emerge un sentimiento de aislamiento.

Dos puntos muy importantes (que tienen que ver con lo anteriormente dicho)  en la Teoría del Apego son la relación del bebé con el padre y con la fratria (hermanos).

El trabajo inicial de Bowlby y M. Ainsworth enfatiza la función de la madre.
A mediados de los años 70, los estudios del apego comenzaron a mostrar un creciente interés en la relación del niño con su padre.

Un  alumno de M. Ainsworth, Michael Lamb observando a niños pequeños en su casa encontró que realizaban comunicaciones solicitando cuidados a sus padres de igual manera que lo hacían con sus madres. Aunque hoy esta observación  nos resulta obvia, en los años 70 no lo era.

En 1981 Mary Main y Donna Weston son las encargadas de realizar el primer estudio para evaluar la calidad del apego con respecto al padre, observando que la calidad de la relación del niño con la madre puede diferir de la calidad de la relación del niño con el padre.

El niño podía tener apego seguro con ambos padres, apego inseguro con los dos  o podían tener un apego seguro con uno e inseguro con el otro.

Los niños que tenían apego seguro con ambos padres eran más autoconfiados y tenían mayor empatía con los demás.

La teoría del apego debe tomar en consideración la complejidad del contexto familiar en el que tiene lugar el temprano desarrollo del niño ya que tanto los niños como los adolescentes viven normalmente en familias,  grupos o sistemas interpersonales.
Algunos estudios indican de manera concluyente que la calidad del matrimonio de los padres predice la seguridad del apego del niño a cada padre.

La experiencia clínica parece demostrar que hay distintos aspectos que contribuyen de manera importante a la seguridad del apego del niño, como son:
-La ausencia de violencia en el hogar
-La presencia del padre en el hogar
-El apoyo mutuo entre los padres
-El hecho de que exista poco conflicto en el matrimonio
Con respecto a la fratria (los hermanos) y  desde el punto de vista de la Teoría del Apego, un aspecto importante es cómo la dinámica familiar puede incrementar o contener los conflictos que surgen con la llegada de un nuevo miembro a la familia cuando ya hay otro hijo.
Es interesante explorar cómo las vicisitudes de las relaciones entre hermanos afectan a la relación de cada niño con cada padre.

La manera en que la madre reaccione ante sus hijos va a depender de la posición que ella tuvo en la familia de origen y de cómo sus padres manejaron estos conflictos.

En la Universidad de Bolonia (Italia) Luisa Brunori (profesora de Psicología de esta universidad) señala que la llegada de un hermanito reactiva la conducta de apego, porque el hijo mayor se siente desplazado. Esta reactivación muestra el grado de seguridad o inseguridad que el niño ya ha establecido. El recién nacido es un desconocido que se interpone en la pareja del niño con su madre. Por otra parte, ambos hermanos se convierten en objeto de apego mutuo.

Sin embargo esto ocurre de manera diferente en cada uno debido a que el hermano mayor es parte del paisaje al que el recién nacido llega. La relación genera conflictos inherentes tanto para el mayor como para el recién llegado. El mayor quiere formar una relación con el recién llegado pero teme ser desplazado. El recién llegado se vuelve de inmediato un objeto de ambivalencia, tanto para el hermano mayor como para la madre que quiere establecer una relación con su hijo pequeño pero se siente culpable de desplazar al mayor.


Un punto a tener en cuenta en la historia de las familias donde hay abuso, es que la víctima y el que victimiza pueden ser hermanos.

Bowlby pensó que existía suficiente evidencia clínica y empírica para formular una nueva teoría.
Bowlby incluye en la definición de la Teoría del Apego un conjunto de explicaciones que conciernen fundamentalmente a dos cuestiones:
1. Por qué los seres humanos tienden a establecer vínculos fuertes, selectivos y duraderos.
2. Cómo la alteración o amenaza de este vínculo pueden causar fuertes emociones, y finalmente psicopatología.
Bowlby deseaba desarrollar un paradigma psicoanalítico que permitiese establecer una mejor conexión entre el fenómeno observable y la explicación conceptual.

Ya veis, queridos lectores, que el camino que el psicoanálisis ha venido andando y pateando es el mismo camino que la vida nos impulsa a seguir y que el conocimiento de esta trama tan maravillosa que tenemos oportunidad de ir disfrutando, permite a los clínicos y/e investigadores, a través de la experiencia y el estudio (ambos compatibles y necesarios), ir dilucidando perspectivas nuevas a través de las viejas en el  momento que cada sociedad, cada familia y cada sujeto  tiene y, con ello, la posibilidad de ir corrigiendo los pequeños desvíos que todo camino muestra y que en ocasiones son tan abruptos que es necesario la consulta y el seguimiento con  un profesional fuera del círculo cercano para poder volver de nuevo a la senda que todos deseamos.

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